Se ofrece nodriza de primera leche



     Aunque algunas nodrizas acudían directamente a la casa en la que habían sido contratadas, la mayoría, sin embargo, se lanzaban a la aventura. Apenas acababan de dar a luz, y sin apenas tiempo de reponerse del parto, se desplazaban a la capital en busca de trabajo.
Una vez allí ofrecían sus servicios de múltiples maneras. Algunas se concentraban en determinados puntos de las ciudades, sobre todo en las plazas, a la espera de que alguien contratara sus servicios. En Madrid, por ejemplo, el lugar de reunión era la Plaza de Santa Cruz.


(Plaza de las Pasiegas. Granada.)



Otras preferían anunciarse en los periódicos, como "El diario de Avisos de Madrid", que incluía una sección especial de nodrizas.
Los anuncios repetían un esquema prácticamente fijo: se indicaba el nombre, la edad, a veces el estado civil, la edad de la leche, el tipo de trabajo que solicitaban y el lugar en que se las podía localizar, con la coletilla final de que disponían de personas que certificarían su conducta. Veamos un ejemplo:



La moralidad era un aspecto que en aquella época tenía gran importancia. ¿Cómo había tenido el hijo?, pues podía tratarse de una mujer de malas costumbres. Por otra parte, ¿por qué ofrecía sus servicios? Podía haber sido despedido por sus anteriores amos a causa de su desvergüenza o por la mala calidad de su leche.
Para disipar estas posibles dudas, además de indicar que eran casadas o viudas, algunas aportaban las razones por las que buscaban un crío que alimentar: "Tiene leche de dos meses, pero su niño se le murió."

Al igual que en otros países de Europa, en España también existían agencias de nodrizas. Aunque algunas afirmaban ser agencias "serias", que solo ofrecían nodrizas de calidad, cuidadosamente seleccionadas tras un riguroso examen médico llevado a cabo por médicos competentes, en la práctica, la mayoría ofrecían mujeres sin la menor garantía acerca de su estado, procedencia, el tiempo transcurrido desde el parto, antecedentes familiares, estado de salud o conducta moral.



De todo lo anterior se deduce que los padres contrataban nodrizas sin la menor garantía, lo cual, como luego veremos, tenía consecuencias desastrosas, ya que muchas veces ponían en peligro la vida de los niños.

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